ARTICULO DE JUAN DE LA CRUZ
UN ARTÍCULO SOBRE EL COLEGIO SAN ANTONIO
El 4 de junio de 2016, en su blog CAREÑEANDO, Juan de la
Cruz Gutiérrez Gómez escribía un artículo sobre el pasado del Colegio,
remontándose a sus inicios, pero no voy a poner más que lo que se refiere al
periodo del que trata este Blog Colegial Antoniano y también pondré algunas de
las fotos que acompañan al referido artículo.
Un Centro por cuyos estrados docentes impartían sus
enseñanzas el Padre Antonio Corredor,
que algunos conocían como “El Cabra”,
y otros, al tiempo, como “Ordine
fratri minori“, profesor de Lengua y Literatura, que ejerció el
grado de Guardián-Rector, autor de cientos de artículos, poemas y numerosas
publicaciones y devociones marianas, fundador de la revista “Lyceum” y director de “La Voz de San Antonio”, el Padre Agustín Barrio, que logró
hacer un milagro con la juventud cacereña entre señeras gestas y gestos, a
través del baloncesto, y que un día, con el dolor de todos, se marchó a otras
misiones y cometidos en Hispanoamérica, dejando un más que significativo vacío,
por la hondura de sus impulsos, creador de una gran afición al deporte de la
canasta en Cáceres, con una extraordinaria cita en las mañanas de los domingos,
que se suplió a base de un exquisito trabajo por parte de todos… Y por allí se
andaban, también, el padre Orduña,
el padre Eusebio Isarría,
el padre Fernando,
denominado como “El
Bodega“, el padre
Longinos, el padre Pepe,
el padre Lázaro,
el padre Serafín Chamorro, conocido entre los escolares como “El Topo“, o el padre Teodoro Solana, a quien se le
conocía entre los colegiales como “El
Chapete“. Y, así, una verdadera lista que haría interminable
este recorrido.
Y
entre el cometido de unos y otros, abriendo de forma entrañable las puertas a
la sensibilidad de los tiempos y su capacidad de respeto, de libertad y de
entendimiento a la época por allí se movían, a caballo entre la templanza y el
progreso, por y para los niños y la juventud estudiantil en el Colegio San
Antonio de Padua, otros franciscanos. Como fue, por ejemplo, el padre
Barrios, que impartía enseñanzas de Geografía. Y que aparece en la
fotografía, fechada en el año 1961. El padre Barrios alcanzó el grado de
Prefecto y fue y se convirtió y convirtió, de paso, al Colegio San Antonio de
Padua, en uno de los más señalados referentes del baloncesto en el Cáceres, ay,
ni más ni menos que de Aquellos Tiempos.
“¡Qué
tiempos!”, manifestaba recientemente en un
comentario de un Grupo de Facebook un ex-alumno. Y de repente, al escritor y
periodista, le llegan a la memoria una larga serie de profesores del Colegio
San Antonio de Padua, una institución, un emblema, un icono y un colegio de
marca, una diversidad de nombres de enseñantes, de buenos enseñantes, que
dejaron su impronta en el alumnado. Como el padre Gabriel de la Dolorosa
Calvo con un palo cerca de su sillón profesoral y con el que recitaba
aquella monserga de: “Bálsamo del Perú, medicina ideal, que quita la
gandulitis, de manera radical“.
Lo
mismo que por aquellos pagos correteaban don Cecilio, un cualificado
profesor de la asignatura de Matemáticas, o el padre Luciano, que se
encargaba de ser vigilante, y muy celoso, por cierto en sus labores, del
estudio, Emilia Rubio, tratando de incrustar el francés en la mollera
del alumnado, el padre Serafín Chamorro, otro custodio de la sala de
estudiantes, o el mismo don Angel y al que la muchachada estudiantil,
siempre imaginativa, conocía como “El Bata“.
Como
por aquellas aulas, pasillos y patios ondulaba el Padre Francisco Martínez
Ugidos, que al ser ordenado sacerdote adoptó el nombre de Pacífico,
más conocido por Pachi, que fuera director espiritual del Colegio y que
alcanzó, ni más ni menos, que el reconocimiento de Hijo Adoptivo de Cáceres, Fray
Luciano, conocido como “El Chapeta”, el padre Serafín
Chamorro, que recibía el apelativo de “El Toro”, y otros muchos que
se iban entremezclando, a caballo entre el pálpito de la ciudad, el espíritu
franciscano y los aires estudiantiles, con profesores de relieve y calidad.
El Padre Domingo Savall, profesor de
Filosofía en el Colegio San Antonio.
Y desde el padre Domingo Savall, con ejemplar
paciencia para tratar de inculcar en el alumnado las enseñanzas de la no
siempre comprensible ni fácil asignatura de Filosofía, un hueso duro de roer,
como se decía popularmente entre el alumnado, hasta las clases magistrales de don
Victor Gerardo García del Camino, catedrático de Historia de la Literatura
Española, de la claridad expositiva de don Ricardo Durán, pata meter al
alumnado en la mollera las clases de Matemáticas, a esa capacidad de don
Valentín Velasco para engarzar a los colegiales con las siempre
entretenidas clases Ciencias Naturales, de la insistencia permanente y ya
clásica e histórica de don Narciso Puig Megías para inculcar al a los
estudiantes las enseñanzas derivadas de aquella asignatura denominada como
Formación del Espíritu Nacional, el atractivo que imprimía a sus clases de
Educación Física don Jesús Asunción, de las lecciones exquisitas y
plagadas de sensibilidad del pintor don Lucas Burgos Capdevielle, una
eminencia del Dibujo…
Por aquellos pagos del Colegio de San Antonio de
Pádua, una institución y una página de oro en la historia de Cáceres, había
otros ilustres. Como Fray Gabriel,
alto, enjuto, delgado, buena gente, un santo, como se dice coloquialmente, a
quien vemos en este fotografía cedida por nuestro querido amigo Julián Manzano, mientras un
grupo de colegiales preparados por él, recibe un premio de un concurso escolar
de Radio Cáceres, y de manos del entonces Gobernador Civil, Antonio Rueda Sánchez-Malo.
Como había otros ilustres docentes como las clases que impartía don José Massa Solís, con un
mural de extraordinarias dimensiones en la UNESCO y de reconocimiento y
prestigio internacional. Lo que deja constancia de la capacidad selectiva del
profesorado para tratar de impartir, de siempre, como figura en el historial
generacional y en la configuración histórica del Colegio, mejor con mayúsculas,
y siempre, claro es, por el beneficio de los niños, de los jóvenes, de los
estudiantes cacereños incardinados en las aulas, siempre entrañables, del Colegio de San Antonio de Padua,
que un día arrancara en la calle
General Margallo.
Una corrección al contenido del blog es la siguiente.
1. Juan Valentín
Cortés Muñoz dice:
“El Bata” era D. Eusebio Isarría.
El padre Serafín Chamorro era conocido entre nosotros como
“El Topo”.
“El Chapete” era el padre Teodoro Solana
El padre Serafín Chamorro era conocido entre nosotros como
“El Topo”.
“El Chapete” era el padre Teodoro Solana